Derrota por desgaste y falta de acierto del Spar CITYLIFT Girona en Cracovia, después de una primera mitad que marca el camino
Givens se destapa (25 puntos) pero sólo Jordana (13) lo acompaña

Spar CITYLIFT Girona mostró ayer su nueva identidad. Sin vergüenza, con coherencia y consistencia. A riesgo de parecer benévolo, vale la pena no tener demasiado en cuenta una segunda mitad que, condicionada por la rotación cortísima en la Euroliga (siete jugadoras) y un desacierto terrible que terminó mermando la cabeza y las piernas, volvió a ser vulgar. La derrota en la pista del Wisla fue inevitable y las dificultades para anotar 50 puntos, manifiestas, pero al menos el equipo muestra un camino.

Sin Ouviña

Es difícil calibrar cuánto daño le hizo, el Wisla, la baja de Cristina Ouviña -con un esguince en un turmell-, pero es evidente que hay hizo. Pero la otra parte del trabajo la hizo el Uni. Con las líneas subidas, una agresividad colectiva in crescendo y una actitud defensiva mucho más proactiva, Yvonne Turner -ayer la base del Wisla- se fue diluyendo poco a poco después de hacer siete puntos seguidos. A medida que se iba atragantando con el bote, también dejaba de anotar. Y, así, el Uni llevó siempre la iniciativa, con la velocidad, la pausa y la lectura de Jordana. No la perdió ni con la segunda falta de Coulibaly (6 '), que se estuvo muchos minutos en el banquillo. Volvió diez minutos más tarde (20-20), cuando Ortega había jugado unos minutos con cuatro pequeñas buscando más amenaza de tiro exterior para abrir la defensa local, cada vez más cerrada.

Pero el Uni gobernaba a partir de la defensa. Fuera presionando en toda la pista o en medio campo o simplemente con actividad en primera línea, en el peor de los casos forzaba el Wisla a empezar a construir el ataque a partir del segundo 15. Si agotaba la posesión, hacía un mal tiro al límite o perdía el balón (11 en la primera mitad), aceite en una lámpara. Además, el rebote era del todo gerundense (sólo uno de ofensivo del Wisla en la primera mitad) y de suficiente calidad para jugar ataques en transición.

El Wisla sólo encontraba tiros cómodos cuando conseguía llevar el balón al lado débil de la defensa. La falta de precisión del Uni (7/12 tiros libres, por ejemplo) impidió que al descanso la brecha fuera mayor. Y es que no habrá muchas primeras mitades en que entre Nicholls y Peters sólo sumen 4 puntos. En el Uni le faltó diversificar más el ataque porque 12 de los 29 puntos eran de Givens.

Cuatro puntos

Pero hacer el tipo de defensa del Uni conlleva un gasto física superior. Lo que no se podía esperar es que ya fuera evidente en el tercer cuarto. Habría notado menos si el desacierto no hubiera hecho daño en la mente de las gerundenses (que siempre puede suplir un poco las piernas). En todo el cuarto, un solo baloncesto en juego, y en transición (Givens, 25-31). El Wisla todavía estaba bloqueado, pero fue apareciendo Turner, que, a pesar de cometer la tercera falta (Givens, con dos tiros libres, completó la anotación gerundense en el cuarto, 28-33), fue desinhibirse y encontró los espacios para penetrar en la defensa gerundense, que continuaba abierta pero con menos piernas para responder. Además, el Uni entró enseguida en bonus y el Wisla se asustó (12-0 y 40-33) mientras las gerundenses fallaban, uno tras otro, todos los tiros -la mayoría buenas opciones- para terminar el cuarto con un 1.15 deplorable, contra un 12.5 local. Más tiros, más posesiones -señal de que la defensa todavía produïa- pero sin efectividad. Con el triple de Miziuk (47-35, 36 ') todos tuvo claro que el partido estaba cerrado. Le fue bien, a la Uni, para anotar un poco y no terminar con menos de 40 puntos. Por cierto, presionando hasta el final, como si de un entrenamiento se tratara.


Toni Romero
foto: J. Sabater
lesportiudecatalunya.cat