Suena el himno de España, las cámaras se centran en las jugadoras de Lucas Mondelo, las van enfocando una a una y ahí es donde se me empiezan a saltar las lágrimas. Es una sensación rara. Mis ojos se humedecen porque tras 25 años siguiendo a este equipo (mi lokura me la dio siempre la selección) y casi 15 con LOKOS, por fin se disputa una competición importante en España y no puedo estar presente*.

Mis ojos se empañan de rabia y de pena por tener que “vivir” el Mundial desde lejos, desde casa. Pero también se empañan de emoción, de alegría y de felicidad por esas 12 jugonas que están ahí, en medio de la pista, a punto de vivir una de sus mejores experiencias, defender a su país en un Mundial y hacerlo además en casa. Qué le voy a hacer… se me saltan las lágrimas de felicidad porque me hace muy feliz que esas jugadoras puedan vivir esta experiencia. Se lo merecen.


Se lo merecen todas, aunque una muy especialmente. Comprenderéis que después de 25 años siguiendo el baloncesto femenino me haga especial ilusión por Laia Palau, que al fin y al cabo es a la que más años llevo viendo jugar. Pero hablar de Laia da para mucho y ahora toca hablar del debut de España.


Lucas es un tipo listo y sabía que el partido contra Japón, por el tipo de juego de las niponas, se nos podía atravesar así que las puso en su lista de rivales para los partidos de preparación. En el último disputado antes del Mundial ganamos, pero tras forzar la prórroga y con un saco de triples en contra. El juego de las niponas siempre es así, como cuando dicen que el de fútbol de España es el tiki-taka, el de Japón es el triple-triple. Las he visto jugar muchas veces y da igual quien las entrene y quienes compongan el equipo, Japón es así. Rápido, eléctrico y loco, muy loco, con lanzamientos desde la línea de tres y porque no hay línea de cuatro que sino seguro que también las enchufaban desde ahí.


En la foto de equipo antes de los 40 minutos de juego se ve a todas las jugadoras con una sonrisa. Ya está. Estan ahí. Son las anfitrionas de un Mundial justo cuando mejor está la selección. Cuando ya se han colgado medallas en todo tipo de competiciones: europeos, mundiales y hasta Juego Olímpicos. ¿Qué deben estar sintiendo? ¿qué estarán pensando? Ellas no lo sé. Yo pienso en lo orgullosa que me hacen sentir de lo que son, y lo que representan, y no me refiero a unos colores o a un país, me refiero a que me hacen sentir orgullosa de que son un equipo, un EQUIPO.


España falla un par de tiros iniciales y se ve a las jugadoras algo nerviosas. No podemos dejar que Japón se marche en el marcador, ni ahora ni en ningún momento del partido, pero ahora menos no vaya a ser que los nervios, la presión y todas esas sensaciones que no sabemos cuáles son pero que seguro tienen las jugadoras en sus estómagos y cabezas nos hagan no ser nosotras mismas.


Dicho y hecho. Poco a poco se calman, respiran hondo y se ponen a jugar. Y juegan. ¡¡y qué bien juegan!! Y Lucas las va moviendo, las rota a la perfección, cada una que sale a la pista lo da todo y tiene que volver al banquillo a respirar para poder volver a salir a darlo todo de nuevo. Esa es España. Así es este equipo.


Jugamos como nos gusta y nos gustamos jugando. Llegamos a ponernos a 19 puntos de Japón y aunque en la reanudación se acercaron hasta la decena, volvimos a poner distancia y nos llevamos la primera victoria. Ya está. Fuera nervios. Primera victoria. Victoria importante y mañana (hoy) ante Puerto Rico. Pero esa será otra historia.

 

Virginia Algora
LOKOS X EL BALONCESTO FEMENINO
foto: FEB


* Hay quien puede elegir sus vacaciones y quien no puede. Ese es mi caso. El día 1 de Septiembre había que ponerse a trabajar y había que hacerlo. Además en un sitio nuevo, donde nadie conoce aún tu lokura por el baloncesto, tu pasión por la selección y tus lágrimas por estar a 1757 km en línea recta del lugar donde realmente te gustaría estar. Habrá que disfrutarlo entonces DESDE LA BARRERA.