El baloncesto femenino estrena presidenta, Elisa Aguilar, mientras se enfrenta al reto de llegar a aún más público y evitar que las jóvenes promesas se descuelguen de las canchas
Ha hecho falta un siglo – que se dice pronto – para que una mujer llegara a la presidencia de la Federación Española de Baloncesto. Un hecho que hace del baloncesto un deporte pionero en el mundo federativo de nuestro país, donde prácticamente no hay mujeres en el máximo cargo de responsabilidad. Elisa Aguilar, ex jugadora de baloncesto y con una larga trayectoria dentro de la Federación, será la encargada de escribir las nuevas páginas de esta institución centenaria. “Acabé mi carrera deportiva en 2013, con 222 partidos, campeona de Europa, siendo la más veterana y manteada del equipo, y a los dos meses entré en la Federación como una novata absoluta”, comenta entre risas recordando su paso de las canchas a los despachos.
“Ahora puedo decir que conozco absolutamente todo este deporte. Me enorgullece haber llegado a este puesto elegida por una Asamblea General que entendió que era una persona capacitada para ocupar el puesto de más responsabilidad de nuestro baloncesto”, señala la flamante nueva presidenta. “Es una decisión valiente que lanza un mensaje muy potente a toda la sociedad española y a todo el deporte español. Por mi parte, yo tengo un objetivo claro: Quiero que mi deporte siga creciendo y sea el número uno a todos los niveles”.
Consumir más baloncesto
En su hoja de ruta, además de trabajar mano a mano con las federaciones autonómicas y las instancias educativas para fomentar el deporte de base desde los colegios e institutos, y fomentar el interés por este deporte para que “se consuma más baloncesto”, está el apuntalar el básquet femenino como forma de contagiar los valores positivos de este deporte – profesional y amateur - entre las chicas. Pero también, para lograr una sociedad más igualitaria, sin ‘cosas de chicos y cosas de chicas’. Se da la paradoja de que este deporte es el que cuenta con más licencias federativas entre mujeres en España, muy por encima de otros, como el tenis o el fútbol. Sin embargo, muchas abandonan al llegar a la adolescencia.
Para indagar en las razones de ese punto de inflexión y establecer medidas para paliarlo nació Basket Girlz, un proyecto de Endesa que cuenta con el apoyo del Comité Superior de Deportes y la Federación Española de Baloncesto. Esta compañía lleva más de una década volcada en impulsar este deporte a todos los niveles, desde ambas selecciones en todas sus categorías a las competiciones por clubes tanto masculina como femenina así como la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física. Una pasión por el deporte de la canasta que cuenta hasta con un proyecto con nombre propio: la comunidad Basket Lover.
En este tiempo han identificado el potencial transformador de este deporte y los valores que aporta, desde la autoestima al esfuerzo, el afán de superación, la igualdad y la integración. Frente a todos estos beneficios, el alto índice de abandono del deporte en la adolescencia, más acusado en el caso de las jóvenes, dispara las alarmas y exige buscar las causas para ponerle remedio.
Ignacio Asensi, responsable de Patrocinios de Endesa, identifica así las tres grandes razones para esa fuga de talento femenino entre los 12 y los 18 años. “El primero es no poderlo compaginar con los estudios, porque acaban dedicando más tiempo a la materia lectiva que al baloncesto. Luego está la parte familiar, que, o ejerce demasiada presión para que las chicas entrenen y jueguen mucho, o, todo lo contrario, no hay apoyo para llevarlas a los entrenamientos, las competiciones…”, explica. La tercera pata se localiza en la necesidad de que “se igualen las condiciones de las deportistas femeninas con las que se ofrecen a los chicos, para que ellas tengan las mismas oportunidades”.
¿Y si no hubiera que elegir?
Para Begoña de Santiago, jugadora del Estudiantes en la Liga Femenina Endesa, con una buena organización diaria no hace falta elegir entre la pasión por el deporte y la necesidad de formarse de cara al futuro. No son palabras al viento: ella misma compagina su faceta como jugadora profesional con los estudios de Medicina (y ya está en cuarto de carrera). “Intento llevar todo al día. Siempre que puedo voy a clase, como el resto de mis compañeros. A la vez, procuro no saltarme ningún entrenamiento. Cuando tengo que preparar exámenes saco horas de otro lado para no dejar ninguna de las dos cosas que más me gustan apartadas”, explica.
En el futuro se ve ligada a ambas pasiones. “Mi sueño es poder ser la médico de un club o de la Selección. Como deportista entiendes más lo que siente un jugador cuando tiene un problema físico o una lesión”, recalca.
Al final, merece la pena
Haciendo balance de todos estos años vinculada al baloncesto, Aguilar reconoce que “ha merecido la pena” y no oculta su empeño en lograr que en cada colegio, en cada municipio, los niños y las niñas tengan la oportunidad de botar un balón de baloncesto y descubrir todo lo que puede aportar este deporte. “Animaría a todas las chicas a no abandonarlo, a seguir jugando, aunque no sea al máximo nivel, por todo lo que te aporta jugar en equipo”, añade Marta Gómez, jugadora del Baxi Ferrol en la Liga Femenina Endesa.
Precisamente uno de los obstáculos para que el deporte cale entre la población femenina es la falta de modelos en edades tempranas debido a la poca visibilidad que durante décadas ha tenido el deporte femenino. Sin visibilidad, no hay afición, sin afición, no hay cantera, y sin cantera, cuesta más que lleguen los triunfos. “Hay que visibilizar más el básquet femenino. Dar a conocer los partidos, animar a la gente a venir a verlos. Tenemos el ejemplo del fútbol femenino, que lo están haciendo muy bien y están llenado los campos con 50.000 espectadores”, destaca la jugadora del Baxi Ferrol.
Aun así, reconocen que se va por buen camino. “Hace cuatro años apenas llenábamos el Magariños y hoy se nos queda pequeño. Muchos días faltan entradas, estamos llenado los pabellones”, concluye la jugadora del Estudiantes. Y anima a todas a atreverse al reto de colar el balón entre los aros con tres argumentos implacables: “Es deporte, es salud y, sobre todo, es un rato de diversión con amigas”.
Salomé García
lavanguardia.com