Las aragonesas se levantan tras un terrorífico segundo cuarto (5-20) y con una buena dosis de carácter y rasmia le dan la vuelta al choque y consiguen un triunfo vital para su futuro en Europa

 

Cuando el drama parecía apoderarse del Príncipe Felipe, volvió a aparecer la esencia del Casademont Zaragoza. El conjunto aragonés se sobrepuso de un terrorífico segundo cuarto (5-20) para sacar a base de rasmia un encuentro en el que tuvo que remar y remar hasta agotar las fuerzas del Villenueve (68-59). Y es que, a pesar de ya estar clasificadas, las de Cantero se jugaban mucho y quizá esa presión les jugó una mala pasada que no impidió, sin embargo, el final feliz en un pabellón que contribuyó de lo lindo a una espectacular remontada.

Aunque parecía pronto para decirlo, una derrota ante las galas hubiera enterrado buena parte de las opciones de las zaragozanas de clasificarse para la final a seis de la Euroliga. Así es el nuevo formato de la competición. Y ese hubiera sido un golpe demisiado duro para un equipo que no pasa por su mejor momento y para un club que se ha sabido durante la semana que es el gran favorito para albergar esa gran final. Por ello, las de Cantero empezaron muy serias y concentradas, sabiendo la importancia del choque. Tanto es así que Cantero no dudó en contar con Gatling de inicio a pesar de sus evidentes limitaciones físicas. No obstante, la americana comenzó dominando la pintura, aunque le duró poco el fuelle y dejó su puesto a Hermosa.

El partido transcurría más o menos igualado mediado el primer cuarto cuando la joven pívot española protagonizó sus mejores minutos con la camiseta del Casademont. Con una exhibición tanto en ataque como también en defensa (donde sufre muchas veces), Hermosa dio un golpe sobre la mesa y con 10 puntos en el primer cuarto lideró a las de Cantero en un parcial que hizo suyo (20-15).

Cuando todo parecía ir como se presuponía en el guion, llegó el apagón. El Casademont jugó el peor cuarto de la temporada en el peor momento. Ni las broncas de Cantero, fuera de sus casillas, en los dos tiempos muertos que pidió casi consecutivos (algo rarísimo en él) lograron despertar a un equipo incapaz de reaccionar. El Villeneuve, sin hacer tampoco nada del otro mundo, fue adquiriendo paulatinamente una ventaja que estiró con dos triples justo antes del descanso (25-36). Del equipo aragonés nada bueno se puede decir en el segundo cuarto porque, sencillamente, desapareció.

Reacción
El Casademont estaba completamente K.O y lo mejor que le pudo pasar era que llegara el descanso. Tras el paso por vestuarios, las aragonesas, como las buenas boxeadoras, supieron agarrarse a las cuerdas y levantarse de la lona. Había que ganar el partido por lo civil o por lo criminal. Fue entonces cuando aparecieron Pueyo y Mawuli. La joven española, todoterreno y omnipresente en ambos lados de la cancha, encendió la mecha de una remontada que la japonesa materializó mediado el tercer cuarto.

Sin embargo, el encuentro perdió ritmo, se enrareció y el Villeneuve consiguió llegar por delante a los últimos diez minutos. Pero el Felipe y el Casademont habían olido la sangre. De nuevo con Pueyo y Mawuli como ejecutoras, las de Cantero soplaron en la nuca para acabar degollando a un Villeneuve que no aguantó la presión de un pabellón encendido que demostró ser merecedor de la final a seis de la Euroliga. No sabemos si el Casademont conseguirá meterse en ella, pero, si lo logra, buena parte del éxito se lo deberá a una remontada para el recuerdo.

 

Casademont Zaragoza: Mariona Ortiz (6), Atkinson (4), Pueyo (18), Nystrom (4), Gatling (7) -cinco inicial- Brcaninovic (-), Flores (-), Urdiain (-), Hermosa (13), Mawuli (16) y Mistinova (-).

Villeneuve D’Ascq: Leite (12), Paget (2), Peters (10), Zellous (13), Bone (2) -cinco inicial- Foppossi (5), Heriaud (5), Gueye (4) y Slonjsak (6).

Parciales por cuartos: 20-15, 5-20, 19-11 y 24-12-

Arturo Pola
foto: M. Á. Gracia
elperiodicodearagon.com